jueves, 17 de enero de 2013

Red State


Kevin Smith siempre me ha parecido un director con buenas ideas, pero muy inconstante y, sobre todo, con una fuerte tendencia a no saber separar los aciertos de las decisiones desastrosas. Creo que tiene al menos un par de pelis bastante redondas, como Clerks y Mallrats, y otras sin pies ni cabeza (Dogma, Persiguiendo a Amy, Clerks 2). Por eso me acerqué con curiosidad a esta película tras la cual, según él, abandona la dirección.

Red State es una marcha atrás del cine en toda regla, está llena de grandes momentos que, súbitamente, quedan interrumpidos para dar lugar a un cambio de escenario desconcertante, sin que nada llegue a cuajar del todo y dejándonos a todos con la insatisfacción que siempre supone tener que eyacular fuera. Supongo que ésta era la idea del director, pero acaba irritando demasiado. La película pasa de thriller de adolescentes, a terror de sectas, a algo parecido a Hostel, después a una peli de asedios policiales, otra de fugitivos... nada se desarrolla por completo y siempre cambia de orientación cuando le estamos pillando el gusto a una de las partes. Y esto al final pasa mucha factura.

Sin embargo, como recopilación de muy buenos apuntes sí que funciona, especialmente porque todo está sazonado con unas muy buenas interpretaciones: los tres adolescentes están geniales, al igual que el líder de la secta y la fanática madura, con mención destacada al papel de John Goodman como policía duro pero con reparos.

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