miércoles, 7 de agosto de 2013

Los besos no se gastan


Los
 
Esta historia, que no es de princesas, comienza en aquella España setentera con dos cadenas de televisión, casi siempre en blanco y negro. Esa época en la que para vivir una aventura sólo había que bajar a la calle con el bocadillo. En aquel tiempo tan lejano y no siempre tan feliz, Lucía, con el pelo a trasquilones, y Eva , a la que le encanta comerse crudas las judías verdes, tienen siete años y están forjando una amistad inquebrantable. Más de treinta años después, Lucía es una implacable directora de recursos humanos que no sabe enamorarse. Eva, al borde de los cuarenta, es una actriz retirada que está hechizada por su hija Lola y atrapada en un matrimonio roto. Lucía no puede imaginar que Eva le va a pedir el favor más importante de su vida
 
Una historia sobre la verdadera amistad, que demuestra que el tiempo y la distancia no importa cuando hay alguien especial con el que sabes siempre has podido contar pase lo que pase.
Un libro con un desarrollo demasiado lento, y muchas veces desviándose de la historia principal con otras cosas que no se llegan a desarrollar, por lo tanto, hay muchas paginas que sobran, esto te das cuenta cuando se centra en la historia principal de lleno y ya no puedes dejar de leer.
Bu8sca un poco la emotividad fácil, y muchas veces lo consigue, pero no me ha parecido una buena táctica, tirar de la sensibilidad del lector para tener mayor o menor aceptación.
Aun así, me pareció un buen libro, un poco lento hasta ya bien avanzado, `pero hay otros peores
 

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