viernes, 4 de enero de 2013

Romper con la rutina

Una de las primeras cosas que llaman la atención es que el lenguaje que utiliza es bastante vulgar, soez en ocasiones y que no escatima un detalle en los asuntos de cama. No se corta un pelo, vamos. En esto recuerda mucho a Sexo en Nueva York, realmente.

En realidad, sí que he visto muchos paralelismos con Sexo en NY, la comparación es bastante fácil. Connie se rodea de un grupo de amigas, cuatro concretamente (una más), y cada una son de su padre y de su madre. Está la devorahombres (Lucy), la madre abnegada (Rose), la chica normal (Daisy) y la enamorada del amor ansiosa por casarse (Sam). Las conversaciones son bastante distendidas, no huyen de los temas peliagudos y hablan con bastante libertad de las cosas de sexo. Sin embargo, mi sensación es de que no estaban tan unidas como las de la serie. No quedan tan a menudo y, muchas veces les acompañan los hombres. Pero ellos no son miembros de pleno derecho. Ellas son las amigas, ellos han venido más tarde.

Respecto a la cuestión de la infidelidad, es un poco el eje que vertebra el libro. John Harding, el hombre del que se cuelga Connie es un imbécil integral. La historia es que todo el mundo lo sabe, incluido el lector, menos ella. La escritora no se molesta en mostrárnoslo como alguien encantador para luego hacerle caer del pedestal. Es un tontoalastrés y sabemos que la historia no tiene ningún futuro. Connie tampoco es tan tonta… se ha colgado vilmente pero sabe la clase de tío que es. Y aún así, no puede evitarlo.

A mí me ha parecido creíble porque estas cosas pasan. A veces nos colgamos de auténticos gilipollas a los que vemos venir y a pesar de todo, caemos con todo el equipo. Supongo que hay algo en las mujeres que nos hace desear ser la que “lo reformó”. Digo yo. O eso, o es que somos tontas perdidas. Y claro, luego vienen las lágrimas. Es una pena que triunfen más los tíos buenos que los buenos tíos. Pero es lo que hay.

El tema me ha parecido bastante universal. Una que hace algo moralmente incorrecto y todas se posicionan. Lo que pasa en la vida real. El modo en que está tratado es bastante crudo. La visión sobre Connie es la suma de las distintas percepciones. Todas tienen su parte de razón.Las cosas no son blancas o negras, sino que tienen muchos matices.

Sí que me ha gustado el libro. Al menos es diferente, sobre todo por el tono general, bastante más subido y descarnado que lo que es habitual.

Quizás se pasa un poco con Luke… demasiado perfecto. Le faltan cosas que le hagan humano, porque a veces no se entiende que teniendo a semejante tipo en su vida se cuelgue de un idiota integral. Le puedes echar la culpa a las hormonas, pero hay momentos en que parece un poco irreal. Las amigas me han gustado más, aunque en pasajes se desdibujan un poco.

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