jueves, 14 de febrero de 2013

El lado bueno de las cosas




El personaje central es Pat, un profesor que abandona una institución mental y trata de recuperar el control de sus emociones después de sufrir una crisis al descubrir que su esposa le estaba siendo infiel
Pat sufre un trastorno bipolar, ha perdido su empleo, sus antiguos compañeros huyen al verle, su mujer se divorció y tiene una orden de alejamiento contra él, un policía sigue de cerca sus pasos por si vuelve a tener un arrebato violento, y para colmo, tiene que vivir con sus padres, que es poco menos que admitir que tu vida ha sido un fracaso. Pat ha tocado fondo. Pero mira tú por dónde, un día conoce a una chica que está disponible y que también atraviesa una mala racha tras perder a su marido
‘El lado bueno de las cosas’ no es más que una amable dramedia romántica con toques excéntricos pensada para cautivar al mayor público posible, envuelto de forma muy competente. Pat encuentra su medicina en ese nuevo amor y aprende a bailar en tiempo récord —lo justo para que todo salga bien—, su padre —un Robert de Niro más controlado de lo habitual pero lejos de su mejor nivel— se queda en un entrañable maniático, Jacki Weaver está de adorno, Tiffany solo necesitaba otro novio serio, John Ortiz exagera tanto su comportamiento que pierde sentido y Chris Tucker se limita a ser el típico negro gracioso del cine comercial.

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